El poder de la intención

Esta semana en el podcast de «Yoga Vibes Radio», Liana y yo hablábamos sobre el poder de la intención. Ya lo decía Wayne Dyer en su libro con el mismo nombre «El poder de la intención». ¿Por qué nos parece tan importante? Sencillo: porque la intención es la energía motriz de tus acciones. Y ojito con ir en piloto automático, porque la pérdida de foco afecta a tu intención, y por lo tanto, a tus resultados. Buceemos un poco más en profundidad en estos conceptos.

 

Dale al play para escuchar este episodio o busca el podcast en Spotify o en tu reproductor favorito 🙂

 

La intención

La palabra intención nos indica el propósito y voluntad que tiene una persona para llevar algo a cabo. Es un término con origen latino (intentĭo), y suele estar vinculada al deseo que motiva una acción y no al resultado o consecuencia de la misma. Es decir, a pesar del resultado, lo importante es la intención. En un largo viaje, quizás no visitas todos los países esperados (expectativa), pero si tu intención era la de expandir tu mundo, crecer y disfrutar, estoy segura que de una u otra manera regarás tus experiencias con eso, pues la intención es esa semilla que deseamos ver florecer.

 

La intención es lo que acaba floreciendo

 

Cuando comenzamos un nuevo camino, planeamos un viaje o incluso empezamos curso o etapa, es importante tener claras la intención que quieres manifestar. Y no, no digo manifestar para que pienses en brujas, pociones mágicas o espiritismo, sino para que hagas realidad eso que deseas.

El deseo es una emoción con mucho poder. El deseo no sale de tu cerebro cognitivo, sino del emocional, del cerebro límbico, y por lo tanto te afecta de manera más profunda, pues esta parte de tu cerebro es la encargada de producir hormonas para regularte, y ayudarte a seguir determinadas acciones y emociones. Osea, que cuando deseas algo y lo deseas con ganas, es mucho más sencillo que lo consigas que si no lo haces, pues la manera en la que te «emocionas» (de una u otra manera) afecta a la energía con la que afrontarás las situaciones creadoras de resultados.

 

¿Por qué es esto importante?

Por muchos y diversos motivos. Yo sé que estás leyendo esto porque tienes sueños y ganas de mejorar algún aspecto de tu vida. Y tener definidas tus intenciones te va a ayudar a conseguir eso que quieres y anhelas.

 

La intención te ayuda a dirigirte hacia donde quieres

 

Hablábamos Liana y yo que es habitual ir en piloto automático muchas veces. En ocasiones la realidad supera la ficción y nos sentimos sobrepasados. A lo mejor no estamos a gusto en el trabajo, o no nos vemos capaces de mantener una conversación incómoda con nuestra pareja o simplemente nos da mucha pereza aparcar el sofá y dirigirnos al gimnasio en lugar de ver otro capítulo de la serie de turno en Netflix. Hasta ahí bien, todos tenemos resistencias. Pero cuando ponemos consciencia en el ahora y sembramos intenciones para una actividad, una etapa o un nuevo año, de manera sutil nos estamos creando una hoja de ruta.

Si estás conectada contigo al plantar tus intenciones, a la hora de tomar decisiones sabrás si estas te alejan o te acercan de tu destino soñado. Si te mueves desde el modo supervivencia la intención no es otra que sobrevivir. ¿Y de verdad vas a malgastar el regalo de vivir no haciendo más que sobrevivir? Tienes potencial y capacidad para mucho más, y para comenzar tan solo necesitas crear consciencia y estar presente en tu «aquí y ahora».

 

Saber hacia donde vas es muy poderoso

No tienes por qué tener un mapa claro, ni un plan definido, pero si conocer la intención que guía tus pasos. Quizá puedes crear un tablero motivacional que te ayude a conectar con la emoción o el destino soñado. Quizá puedes pedir ayuda a un profesional (del campo que sea del que necesites ayuda) para que te allane el camino y te facilite su andadura. Incluso hablar con una amiga o escribir en tu diario pueden ser herramientas que te ayuden a clarificar y poner foco en la intención que quieres sembrar o el lugar (físico o figurado) al que te gustaría llegar. Puede ser desde mudarte a otra ciudad, ahorrar dinero, sentirte más saludable, tener más tiempo para ti o crear una rutina de meditación. Lo que sea.

La atención plena, meditación o mindfulness ayudan a tu dialogo interno

Tan importante es saber hacia dónde vas como saber desde dónde te mueves. Ojito con esto porque el ego se nos cuela en la chepa a veces y nos ponemos a plantar intenciones desde el lugar que no es. Si te mueves desde el miedo o la carencia (por ejemplo) la energía que mueves es esa misma: de miedo y carencia. Sin embargo, si te mueves desde el amor (desde el ser) generarás más amor y armonía.

Suena a consejo místico pero es algo sencillo de ver si lo miras con detalle. Cuando te plantees hacer algo, piensa por un momento en tu niña interior y conecta con ella preguntándote «¿Esto me acerca al amor o me aleja de él? ¿Estoy nutre a mi niña interior o la aleja de su felicidad y sus sueños? ¿Tomo esta decisión por miedo o pereza, o realmente es lo que siento que debo hacer?». Quizá no necesitas ir haciéndote estas tres preguntas todo el rato y a todas horas, pero un chequeo interno de vez en cuando siempre viene bien. De hecho, hoy te propongo un ejercicio de escritura para que plantes intenciones para este mes o esta etapa que estás comenzando. ¿Te animas?

 

Planta tus intenciones

Te invito a que reserves algo de tiempo para que puedas llevar a cabo el ejercicio de manera eficaz y sin prisa. Puedes crear algo de ambiente colocando un incienso, una velita, poniendo música suave y dejando el teléfono en modo avión. Este ratito es para ti, y para ayudarte a crear claridad y foco en tus intenciones. Nada más.

 

Siembra tus intenciones

 

Ahora lee este párrafo y cuando termines, cierra los ojos e imagina lo siguiente. Visualiza un lienzo en blanco e imagínate llenándolo de color y formas. ¿Qué colores necesita tu vida ahora? ¿A qué quieres darle prioridad? ¿Qué parte de ti necesita más amor y más presencia? Conecta con todo esto y empieza a dibujar una imagen en tu cabeza. ¿La tienes? ¡Genial! Pues coge papel y boli que nos toca ponernos a escribir.

Escríbete una carta a ti o al Universo contándote lo que quieres manifestar, todo eso que has visto y con lo que has conectado y deja que fluya. Que fluya la imaginación, la creatividad y la inspiración. No te limites ni te frenes, permítete soñar sobre el papel y dejar plasmados tus deseos y motivaciones.

Una vez termines, relee lo escrito y pregúntate lo siguiente: Detrás de esa carta, ¿cuál es la intención última?. Si lo pudieses resumir en una frase… ¿cuál sería? Lo resultante es tu intención, que puede convertirse en afirmación y en hoja de ruta, dirigiendo tus elecciones hacia allá.

Escribe tus intenciones

Te invito a escribir esa intención en un postit, en tu agenda, en un papel que puedas colocar en tu escritorio (o en donde quieras) y tenerla bien presente a lo largo del próximo mes. Tomando tiempo a diario para repetírtela, leerla y sentirla dentro.

 

Permítete guiar…

Permítete guiar...

…por esos deseos que vienen del corazón y del ser, que te acercan día a día a la persona que tienes potencialidad de ser ♥

Si pruebas el ejercicio de escritura me encantará saber qué tal fue. en el próximo artículo hablaremos de cómo crear un tablero motivacional y de los talleres y cursos que se avecinan.

¡Feliz día a todxs!

Deja un comentario. ¡Me encantará leerte!

¿Te puedo ayudar en algo?