Creencias limitantes, esos monstruos

No sé si has oído hablar de las creencias limitantes, esos «monstruos» o gremlings que coexisten contigo en tu mente. Digo coexisten porque habitan ahí, en el espacio que sin querer les cedes cuando las adoptas como parte de tu abanico de creencias. Veremos cómo hay creencias limitantes y creencias potenciadoras, pero empecemos ahora por el principio que sería ver qué es eso de las creencias, ¿me acompañas?
Qué son las creencias
Cuando hablamos del diálogo interno tocamos un poquito el tema de las creencias limitantes, de cómo en ocasiones eso que nos decimos puede hundirnos en lugar de potenciarnos, ¿verdad?
Partamos de que las creencias son la base y que las adquirimos desde que nacemos para aprender a a relacionarnos con nuestro entorno. Nuestra personalidad está basada en creencias «soy buena en esto, soy mala en aquello…» del mismo modo que lo hace nuestra imagen del mundo.
Podemos llamar a las creencias «paquetes de información» que vamos creando o adquiriendo a lo largo de nuestra vida y que la van moldeando, usándolas de base para tomar decisiones, relacionarnos de una u otra manera, etc.
Podemos decir que las creencias moldean nuestra realidad porque no vemos las cosas como son sino como somos. Todo lo que vemos, percibimos y sabemos pasa a través de nuestros sentidos. Nuestro cerebro es el que procesa la información, esta no nos llega procesada, y desde ahí partimos.
Piensa en cuando creíamos que la tierra era plana
A ti te lo contaban los curas, los profesores, tus padres, o tus vecinos, y tú… te lo creías. Y actuabas en consecuencia. No se podía ir más allá de cierto punto o caías al vacío y morías, no ibas a explorar, no te planteabas que pudiera haber otras civilizaciones, lugares, etc… porque como la tierra era plana, el mapa de tu territorio tenía un fin. Nadie podía demostrarlo, pero podían justificarlo. Puede parecerte una locura pero aún a día de hoy existe gente que sostiene que la tierra sea plana. Acuérdate de este ejemplo porque volveremos a él en un rato.
No toda creencia es necesariamente falsa, pero en el momento en que procedemos a comprobarlas dejan de ser creencias y pasan a ser conocimientos, leyes científicas u otro tipo de saberes. Las hay de muchos tipos, pero de momento vamos a quedarnos con esto.
Resumiendo:
Una creencia es una actitud mental que consiste en la aceptación de una experiencia, una idea o una teoría, considerándolas verdaderas sin que medien ni hagan falta demostraciones argumentales o empíricas. Es decir, es aquello que decidimos creer y afirmar sin que tengamos el conocimiento o las evidencias de que sea o pueda ser cierto.
¿Y las creencias limitantes? ¿Qué son?
Las creencias limitantes son esas creencias que adoptamos consciente o inconscientemente y que nos impiden lograr nuestras metas y alcanzar nuestro máximo potencial. Nos afectan de muchas maneras y en muchos campos diferentes, y su poder es tal que puede llegar a paralizarnos, como indican los expertos. Están ahí, influyendo en nuestro día a día, porque trabajan principalmente desde la inhibición. Es decir, el no hacer nada, abstenerse de seguir pensando algo, de ir en una determinada dirección, de hacer un movimiento (en sentido literal).
Se llaman creencias limitantes porque te limitan. Y hasta que no las localizas y aprendes a plantarles cara, van a seguir haciéndolo.
Ejemplos de creencias limitantes
Hay muchas y de muchos tipos, pero repasemos las más comunes:
No puedo….
No soy lo suficientemente…
No merezco…
No valgo para…
No soy capaz…
Es imposible…
Soy incapaz…
No está bien/no es correcto…
Ponles el apellido que quieras, pero todos tenemos alguna (por no decir unas cuantas) y operan en el inconsciente muchas veces sin que nos demos cuenta. A veces sí nos damos cuenta de que están ahí, porque claro, nos las creemos a pies puntillas, pero ¿has parado alguna vez a pensar en toda la vida que te están robando?
Limitan la calidad de tus relaciones de pareja, frenan tu desarrollo personal y puede que también laboral, degradan tu autoconcepto y hacen que tu vida pierda valor y nunca llegue a ser como deseas…
Dales la vuelta a tus creencias limitantes
Toda creencia sigue el mismo proceso:
La creencia es la base, que provoca determinadas acciones y conductas, lo que provoca un resultado acore con todo lo anterior (creencias, acciones y conductas) lo que justifica la creencia y sirve de refuerzo para la misma.
Decía Henry Ford que tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes estás en lo cierto. Y es que según creas, crearás. Hasta que no entiendas todo lo que te roban, las seguirás dejando campar a sus anchas.
*Pequeño ejercicio de escritura*
Plantéate por un momento (con papel y boli en mano, por favor) de qué te protegen estas creencias que tienes, y luego escribe todo lo que te están impidiendo conseguir, vivir, lograr, experimentar, sentir…
Escríbelo y échale un ojo antes de seguir con este artículo. ¿De verdad te merece la pena vivir así?¿No te mereces acaso más?
Para darles la vuelta primero hay que localizarlas y entender de qué manera te afectan. Repasemos algunos trucos.
Cómo superar las creencias limitantes
Quiero aclarar que si bien es cierto que lograr identificar las creencias limitantes puede ser muy útil para poder corregirlas, aprender a superarlas y que dejen de sabotearnos aunque puede ser algo costoso. No te desanimes y no tires la toalla.
Paciencia.
Es cuestión de tiempo, perseverancia y práctica. Te dejo algunos consejos que pueden ayudarte a ir ganándoles terreno. Recuerda que trabajar de la mano de un profesional puede acelerar el proceso y que pedir ayuda es bueno y responsable.
Consejo 1: Identifícalas
El primer paso para poder cambiar algo es verlo. Tenemos que darnos cuenta de que están ahí y de qué manera actúan. Ve apuntando los miedos que notes que te asaltan o las creencias limitantes que te frenan cuando surjan para no olvidarlas.
Sabes que soy muy fan de escribir en un diario, de la escritura terapéutica y de todo lo que tenga que ver con sacar caquita de dentro y hacer limpieza. Quizá puedes comenzar a escribir unas líneas todas las mañanas (como te proponía en este artículo) y ver qué va pasando. A lo mejor algunas de estas creencias van saliendo a la luz de manera orgánica. Con frecuencia, estas creencias se presentan como pensamientos más que como algo que dices de manera habitual en voz alta. Sacar esas ideas y plasmarlas en un papel puede servirte para separar la realidad de la fantasía y darte cuenta de lo falsas que pueden ser.
Consejo 2: Evalúa si son ciertas o no
Esta segunda parte es también importante. ¿Recuerdas de cuando hablábamos de aquél momento en la historia en el que se creía que la tierra era plana y se quemaba en la hoguera a todo aquel que dijera lo contrario? Ahora nadie te va a tirar a la hoguera por que retes una creencia, por muy arraigada que esté. Como mucho tu inconsciente va a tratar de disuadirte mostrando resistencia, pero nada más.
Siempre te resultará de gran ayuda llegar al fondo de las creencias limitantes para sacarlas a la luz y quitarles poder. La próxima vez que se te presente una creencia negativa, un miedo, un pensamiento absolutista como los vistos más arriba (No puedo, es imposible, yo soy incapaz, etc) tómate un momento, haz una pausa y analiza ese pensamiento. Evalúa si es autolimitante y si hay evidencia concreta que la respalde, es decir, ¿de dónde viene? Reta también esa parte, a lo mejor es una creencia que se originó en un momento con menos recursos que el actual, a lo mejor ya no tiene validez.
Pregúntate si ese pensamiento o creencia radica de un miedo a algo, y si absolutamente todo el mundo reaccionaria igual. Crea espacio para otros puntos de vista y para el cambio.
Consejo 3: Contrarresta con afirmaciones
A la hora de realizar un cambio, ya sea de hábito o de pensamiento no vale tan solo con la intención de suprimir, lo que funciona es reemplazar. Que tú te digas que ya no te vas a decir que no eres capaz o lo que sea que te digas no funciona, porque la energía sigue recibiéndola esa frase.
Sin embargo, si cada vez que tu mente te lleva ahí tú sustituyes intencionalmente esa frase por una afirmación en positivo la cosa cambia.
Por ejemplo, si yo me creo que «no soy capaz de cambiar», puedo sustituirla por «ahora soy capaz de cambiar y conseguir todo lo que me proponga»; o si me creo que «no soy suficiente» (creencia por cierto muy muy extendida) puedo repetirme «soy más que suficiente y me merezco alcanzar mis metas».
Hablaremos con más detalle de las afirmaciones, de momento si notas que tus creencias te limitan, empieza a buscar afirmaciones que les den una patada en el cucu y empiecen a empoderarte. Reformula esas frases, ¡tú puedes!
Consejo 4: Ten paciencia y enfócate en el objetivo
Como te decía unas líneas más arriba, el cambio de creencias es complejo, porque son la base de todo, lo que quiere decir que tu mente ya está acostumbrada a ellas. No desesperes. No tires la toalla. Persiste.
Siempre digo que tu mente es como una jungla y cuando tenemos una creencia arraigada o un pensamiento recurrente esta tiene una amplia carretera libre de lianas, ramas, hojas secas, troncos… crear una nueva carretera cuesta, es como ir con el machete en la mano abriendo camino. Pero cuantas más veces repitas el camino, cuantas más veces afiances esa creencia, más en uso estará esa carretera y más sencillo será transitarla. Hasta que llegue un día en el que la otra se habrá vuelto más inhóspita, por desuso habrán vuelto acerrarse sus lados y serás más difícil de transitar que la nueva, que además de llevarte a un fin y a unas posibilidades más acordes con quien eres y quieres ser, te habrá enseñado que con perseverancia y actitud, puedes cambiar y crear lo que desees. Y ese, amiga mía, amigo mío, es un aprendizaje que da mucho empuje.
Creerte capaz de ser y hacer lo que quieres es fundamental, empecemos a cuidar la manera en la que alimentamos nuestra mente (qué nos decimos, qué escuchamos, con quién nos relacionamos).
Espero haberte inspirado a mirar un poquito hacia dentro hoy, y a hacerle hueco a la creencia de que puedes y eres capaz de llevar a cabo el cambio que quieres si plantas unas buenas bases. ♥
Gracias por pasarte por aquí,
Beax
¿Te es fácil localizar tus creencias limitantes?
¿Te ha sido útil el artículo? Cuéntame, ¡te leo!